La risa que nos irrita y los límites de la Libertad de Expresión

En tiempos de pandemia, como en cualesquiera otras catástrofes a la largo de nuestra historia, siempre han existido, al menos, dos tipos de personas: aquellas que buscan mitigar el dolor con la risa y aquellas otras que, por el contrario, buscan calmarlo con la tristeza y la calma.

Hay quienes opinan, no sin cierto sesgo ideológico, lo reconozco, que mientras que en nuestro país morían miles de personas, otros se dedicaban a hacer fiestas y a salir a los balcones a aplaudir y a poner música u otros espectáculos junto a sus vecinos. Ello ha irritado sobremanera a muchos porque en una sociedad tan inmensamente conectada como la nuestra, cualquier manifestación pública afecta a una gran pluralidad.

Sin embargo, esta controversia acerca de la risa y del humor en momentos de dolor individuales y colectivos nos lleva acompañando mucho tiempo. La Libertad de Expresión ampara actuaciones ofensivas y provocadoras, incluso la quema de fotografías de una niña por el mero hecho de ser Princesa de Asturias porque se encuadra en el marco de la crítica política más o menos elegante o refinada.

Antes de la pandemia vivimos una inflación de causas por delitos de odio presuntamente cometidos a través de las redes sociales por raperos, influencer, etc. consistentes en chistes sobre víctimas conocidamente franquistas de atentados terroristas o proclamas contra el Rey o la Guardia Civil. Hoy, muchas de ellas han sido revocadas por los órganos superiores y por el Tribunal Constitucional, como en el caso de César Strawberry.

Por el momento, hemos vuelto a una relativa normalidad en cuanto a la propia <<censura>> de lo políticamente correcto, aunque los tiempos convulsos como los que vivimos suelen tener consecuencias regresivas en cuanto a las libertades individuales.

Por ello, y ante la situación en la que nos encontramos hoy, quizá la pregunta no deba ser dónde están los límites del humor como parte de la Libertad de Expresión, sino, por qué la risa de algunos irrita, no ya a quienes son blanco de los chistes, sino a otros que nada tienen que ver con ellos. Y es que, cada vez que un hombre abre la boca para reír, está devorando a otro hombre. Las redes sociales son un nuevo lugar que ofrece publicidad y unos efectos expansivos a mensajes <<insignificantes>> como nunca se habían experimentado; todo se intensifica, también las reacciones frente a una idea provocadora.

Muchas veces, los usuarios que atacan a personajes públicos en las redes, tras la difusión que de la ofensa hace el propio agraviado, para poner en evidencia al usuario, se convierten en blanco de ataques igualmente graves.


Se le perdona a la tragedia lo que no a la comedia, porque se ha entendido que existe una risa destructiva y demoníaca que se convierte en la expresión del cinismo, como contrapunto a la civilización. La risa, la sátira más ácida y menos políticamente correcta, es molesta; porque si no lo fuera, no serviría para su función provocadora y, menos aún, podría permitirnos tratar algunos temas que le están vetados a la seriedad. Tras los atentados de las Torres Gemelas, los chistes referidos a los políticos proporcionaban a la gente una manera fácil y tolerable de desahogarse y mitigar sus frustraciones sin tener que llegar a un enfrentamiento real.


También en ellos, los chistes no podían tratar sobre las víctimas, sino sobre el avión, el expresidente Bush o los propios terroristas. No hay temas sobre los que no quepa el humor, sino formas socialmente censurables de enfocar los chistes. En definitiva, y aunque no sea éste el lugar para tratar del sentido de la risa, basten estas reflexiones para poder llegar a comprender que la crítica a través del humor y su atrayente relación con el poder tiene un sentido social, es la expresión de lo oscuro e interno de la humanidad. Su existencia, más que útil, es vital para una sociedad libre y democrática que sabe reírse de sí misma sin perder la Libertad.


Barba, A. (2016). La risa caníbal. Barcelona: Alpha Decay.

Pernías, A (2018). La incriminación de la Libertad de Expresión en las redes sociales. Bachelor Thesis. https://e-archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/27545/TFG_alejandro_pernias_Derecho_2018.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Rubio Hancock, J. (28/03/2016). ¿Las redes sociales han cambiado los límites del humor?, Verne. Recuperado en: https://verne.elpais.com/verne/2016/03/16/articulo/1458138277_994874.html.

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